Fase de Tirón (Barrido Atrás-Adentro-Arriba)
Postura inicial: El brazo se encuentra en el punto de máxima profundidad, casi estirado, delante y fuera de su hombro. El codo en flexión, mira hacia arriba y hacia fuera. La muñeca en rotación interna y en ligera flexión. La mano mira hacia dentro, hacia atrás y hacia arriba. Postura final: El brazo se encuentra entre el cuello y la línea media del cuerpo, más o menos debajo de su hombro. El codo en máxima flexión, mira hacia fuera y ligeramente hacía arriba. La mano se encuentra en el momento de menor profundidad y debe terminar dirigida hacia fuera, atrás y arriba con el fin de preparar la siguiente fase.
Descripción del movimiento: La mano pasa de estar mirando hacia fuera, atrás y abajo (fase anterior) a mirar hacia dentro, atrás y arriba. La muñeca pasa de ligera rotación interna a ligera rotación externa. El brazo tiene que dirigir la mano hacia dentro, atrás y arriba. Se usará principalmente el hombro y el bíceps. La mano, quieta y profunda, tiene que coger agua y acelerar hasta el punto más alto de la brazada, con un movimiento circular de fuera hacia dentro y también desde abajo hacia arriba. | Músculos Implicados en el Tirón
Musculatura Principal:
Musculatura Secundaria:
- Anconeo (flexión del brazo).
- Braquial anterior (flexión del brazo).
- Coracobraquial (flexión del brazo).
- Radiales y músculos de los dedos.
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Consideraciones Adicionales del Tirón
El final de esta fase de la brazada se da cuando el codo ha alcanzado su máxima flexión y la mano se encuentra en la zona más alta de esta fase de la brazada.
¿Dónde debe terminar la mano? Esto varía en muchos nadadores, (Ver Kilm VS Thorpe), los textos suelen hacer referencia a lo anteriormente escrito sobre la línea media del cuerpo. Muchos nadadores y nadadoras terminan esta fase antes de llegar a este punto e iniciando también antes el barrido hacia fuera y arriba.
El punto justo donde la mano empieza a preparar la siguiente fase varía en función de la profundidad alcanzada en la fase anterior, por norma general, a menos profundidad conseguida, más atrás realizan el remate de esta fase.
En esta zona de la trayectoria de la mano debe predominar la fuerza de resistencia (debida a la resistencia de forma, la forma de la mano). Para que esta fuerza predomine sobre la fuerza ascensional o de sustentación, la mano tiene que mirar hacia atrás casi cuarenta grados (D.Chollet, Maglischo). La aceleración de la mano tiene que ser superior a la velocidad de la corriente, de lo contrario la resultante de las fuerzas aplicadas será negativa.
Para buscar un eficaz equilibrio entre las fuerzas que actúan, acción-reacción y sustentación o ascensional, el nadador deberá intentar desplazar el agua hacia arriba y atrás con la misma magnitud, unos cuarenta y cinco grados.
Una dirección de empuje más abierta provocaría que la resultante no fuera paralela a la dirección de nado y parte del gasto energético se socavaría intentando redirigir el movimiento hacia abajo provocado por el empuje hacia arriba.
Una dirección de la mano más cerrada, obviando otras consecuencias técnicas, provocaría un descenso de la eficacia del movimiento, ya que se basaría solo en la fuerza de resistencia de forma y no se utilizaría o no en la correcta proporción la fuerza de sustentación. Aumentando por consiguiente la frecuencia de brazada, al disminuir la longitud del movimiento, sin que por ello se aumente el avance por ciclo.
La teoría nos dice que el mejor ángulo de ataque está relacionado con la velocidad del fluido y de la mano dentro del agua. La mano sufre bastantes variaciones de velocidad respecto a la corriente, aunque las diferencias entre estas son relativamente pequeñas en valores absolutos, son muy altas en valores ponderados. Por lo que los ángulos de ataque y de azimut deben de ir adaptándose tanto en las diferentes formas de nado en función de la velocidad como durante la fase en sí, al fin de aprovechar las diferencias que provoca la aceleración de la mano respecto a la corriente.
Aquí se habrá de tener en cuenta la sensibilidad del buen nadador, que adapta intuitivamente los ángulos de ataque y azimut en función de la velocidad de la corriente. Estas pequeñas diferencias en la posición de la mano dan como resultado la gran diferencia en la eficacia de la trayectoria de la élite mundial con respecto al resto de los nadadores.
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