El Juego en la Infancia y Adolescencia: Desarrollo y Etapas Clave

Tema 4: “La edad del juego”

Dividimos el estudio del juego en cuatro periodos:

Juegos funcionales: movimientos espontáneos que el niño repite, repetición de palabras.
Juegos hedonísticos: el niño busca placer a través de los sentidos (placer en juegos con personas conocidas).
Juegos con lo nuevo: adquisición de habilidades motrices y experimentación fuera de su cuerpo (mover sonajeros).
Juego dirigido por los padres: (primer y segundo año).
El niño copia al adulto, que es la figura a seguir y el aspecto más motivante para él.

Desarrollo por edades:

Hasta los 6 meses: el niño juega con objetos que estimulan los sentidos: oído (sonajeros, anillos…), vista (colores vivos, móviles…), tacto (figuras de diversas texturas).
Entre los 6 y 12 meses: juega con objetos de goma y peluches que se puedan llevar a la boca, asocia palabras con acciones y objetos, busca objetos desaparecidos, responde a su nombre.
De 1 a 2 años: el niño juega individualmente aunque ya se ve atraído por otros niños: manipula objetos, arrastra juguetes y destruye cosas por la satisfacción del ruido (no es consciente de que lo destruye), le gusta que le cuenten cuentos, realiza garabatos y construye torres, corre sin caerse, sube y baja escaleras, coge objetos con el índice y pulgar, lanza y chuta la pelota, lo combina con la carrera, juega a marearse.
De 2 a 3 años: participa en el grupo y comparte juguetes, juega representando a los adultos, salta con los pies juntos y sobre un pie, empareja formas geométricas, comprende conceptos espaciales.

Etapa de “conquista del mundo”: el niño observa su entorno y otros objetos y personas diferentes a la madre.
La figura del padre es el modelo a seguir: quiere intervenir en todo lo que hace el padre, lo imita y copia sus actitudes y manías.
El niño juega en solitario, es individualista pero no rechaza el juego en grupo, sí mantiene su identidad en él. Ya se ven grupos de dos, uno al lado del otro pero cada uno a lo suyo.
Gran tendencia a jugar (movimiento).
Se deben utilizar tareas motrices habituales (experiencias cotidianas): caminar, sentarse, correr, saltar…
Intenta superar obstáculos (juegos de proeza).
Importancia de los juegos simbólicos donde el niño representa escenas de su vida familiar o escolar, también imitan animales y/o personajes.
Se dan juegos que ayuden al desarrollo de la lateralización (derecha-izquierda, delante-detrás…), juegos para descubrir el entorno (saltos, trepar…) y juegos de coordinación óculo-manual de trabajos manuales (plastilina…).
Se debe emplear el juego libre o de baja organización para crear situaciones espontáneas y de un contexto motivante.
El reto es la superación de uno mismo frente al medio (¿eres capaz de hacer…?, ¿a ver si te atreves a…?).
Etapa de entre 5 y 6 años: “edad de la gracia”, son simpáticos, naturales y con gran capacidad de movimiento.

El niño se da cuenta de que no puede ser adulto y se vuelve tímido y menos activo ante ellos.
Reemplaza la imitación del adulto por la de animales y cosas inanimadas.
La figura a imitar del padre la suple el hermano mayor u otro familiar.
Aparecen lenguajes secretos como huida del adulto que intentará llamar su atención.
Pasa a jugar “imitando” en grupo y los juegos competentes (en contra de…).
Desarrollo de habilidades y destrezas motrices básicas: saltos, giros, recepciones, lanzamientos…
Englobamos el desarrollo de estas habilidades en: 1. Movimientos que implican el manejo del cuerpo y 2. Movimientos en los que la acción se centra en el objeto.

Desarrollo por edades:

Entre 6 y 8 años: los juegos son: de representación de personajes, de construcción, juegos con mucha coordinación y de resolver pequeños problemas. Aburre jugar solo y usaremos juegos que fomenten la colaboración. También es importante hacer juegos que desarrollen la memoria, sentido de la observación, la atención, la elección razonada e identificación. Entre los 6-7 años es la “edad de la duda”, piensan que los mayores no son perfectos, se separan de ellos (periodo de crisis) y se encierran en sí mismos.
Entre 8 y 10 años: tienen gran capacidad para trabajar y jugar (aplicamos juegos de resistencia), les atrae el carácter competitivo de los juegos y les gustan los juegos predeportivos.
Entre 10 y 12 años: siguen importando los juegos competitivos y de oposición, desarrollo de las tareas motrices específicas (simples y/o complejas) agrupadas en: 1. De carácter lúdico-recreativo y 2. De carácter utilitario laboral. Juega con orden y otros niños para demostrar sus capacidades. Es importante utilizar juegos de desarrollo de habilidades y destrezas psicomotrices (gestos básicos, adaptación al medio…).

El niño se vuelve conservador y regula sus preferencias por los juegos tradicionales.
Sigue en modelos rígidos sin creatividad.
El grupo es homogéneo en edades e intereses apareciendo la pandilla.
La jerarquía se establece en función de la amistad entre ellos.
Posibilidad real de desarrollo de la condición física pues deben sentir que “han trabajado”.

Desarrollo por edades:

Entre 12 y 14 años: comienzan las diferencias en cuanto a preferencias entre chicos y chicas, se forman grupos homogéneos con intereses comunes, se asimilan las reglas y la estructura del juego; son ordenados y reglados.
Entre 14 y 16 años: comienza la “adolescencia” (periodo de crisis). Buscan una autonomía relativa porque tienen modelos a imitar, quieren romper con los adultos y dejar claro que tienen personalidad y que son otra generación. Se tiende a juegos estandarizados, deportivos y sociales (admite los juegos valorados por la sociedad y se integran en esa dinámica). Se dan juegos de especialización deportiva y perfeccionamiento de la técnica individual. Son los juegos de los adultos y los juegos de descanso y tiempo libre.