Relajación: Método Autógeno de Schultz
Johannes Heinrich Schultz (1884 – 1970), psicólogo alemán, es considerado el padre del entrenamiento autógeno. Schultz estudió la relación entre la mente y la relajación. El método de Schultz se basa en el método de la hipnosis que parte del propio sujeto, es decir, no existe el sometimiento de voluntad dirigido por una persona externa y el sujeto mantiene en todo momento la consciencia. A través de la mente se influye en el comportamiento orgánico en general.
Conceptos Importantes
- Hipnosis: Técnica que consigue obtener un estado psicológico diferente al de vigilia y de gran capacidad de sugestión.
- Autohipnosis: Uno mismo se aplica esta técnica.
- Sugestión: Transmisión de un mensaje y aceptación inmediata del mismo sin cuestionarlo.
- Autosugestión: Uno mismo se transmite el mensaje.
El entrenamiento autógeno busca que el propio individuo, a través de la palabra, alcance el estado de relajación deseado (autosugestión), en el cual las funciones vitales responden a una inactividad del organismo con respuestas mucho más suaves.
Fundamentos del Entrenamiento Autógeno
- Cuerpo y mente son una unidad indivisible. Lo que pasa en el cuerpo llega hasta el cerebro y, las órdenes de este, a su vez son ejecutadas por el cuerpo.
- A través de la hipnosis superficial se consigue un estado de tranquilidad en el que el sujeto experimenta sensaciones nuevas, pero es totalmente consciente y está despierto.
- La autohipnosis logra determinados efectos sobre el organismo que posibilitan que el sujeto recobre un estado de equilibrio: relajación muscular, de la musculatura lisa vascular, modificación del ritmo cardiaco y respiratorio.
Condiciones para la Práctica
- Ambiente tranquilo, sin ruidos.
- Temperatura agradable.
- Luz tenue.
Tiempo: 3 minutos, 2 o 3 veces al día.
Posturas Adecuadas
- Tumbado: Boca arriba, cabeza ligeramente elevada, brazos y manos completamente apoyados y piernas extendidas.
- Cochero: Sentado, con la curvatura dorsal hacia adelante, compensando la curvatura lumbar, las piernas separadas, los antebrazos sobre los muslos y las manos colgadas relajadas.
- Sentado: En un sillón blando y alargado, con apoyo total de la cabeza, espalda y brazos. También se pueden buscar apoyos para la nuca y los pies.
Ejercicios Autógenos
Tumbarse, sentarse o en posición de cochero y cerrar los ojos. Pensar en situaciones de sosiego, tranquilas. Decir: «Estoy muy tranquilo».
- Ejercicio de la Pesadez: Inmovilizar el brazo. Vasodilatación. Sensación de pesadez. Decir: «El brazo derecho pesa mucho» (repetir 6 veces) y «Estoy muy tranquilo».
- Ejercicio del Calor: La circulación sobre el brazo y su mayor volumen. Sensación de temperatura periférica. Decir: «El brazo derecho está muy caliente» (repetir 6 veces) y…
- Ejercicio de la Pulsación: Percepción de los latidos. Irrigación y sensibilización de los dedos. Decir: «El corazón late tranquilo, fuerte, siempre igual» (repetir 6 veces) y… (combinar ejercicios).
- Ejercicio Respiratorio: Percibir la respiración. Tranquilidad, baja actividad del cuerpo. Decir: «Respiro muy tranquilo» y… (combinar ejercicios).
- Ejercicio Abdominal: Plexo solar, red de nervios. Vasoconstricción. Más sangre para los músculos sometidos al estrés. Decir: «El plexo solar irradia calor» y… (combinar ejercicios).
- Ejercicios de la Cabeza: Frescor, brisa. Decir: «Siento algo de frescor en la frente» y… (combinar ejercicios).
Finalizar Ejercicios: Decir «brazos firmes», «respirar hondo» y «abrir los ojos».