Fases Esenciales del Estudio de Impacto Ambiental: Desarrollo y Cumplimiento

Etapas del Estudio de Impacto Ambiental (EIA)

El informe consta de diferentes apartados a cumplimentar que se describen a continuación, haciendo un breve repaso de cada uno de ellos:

1. Descripción de la actuación proyectada y sus acciones derivadas

Esta primera fase consta de:

  • Descripción del proyecto: Se debe realizar una descripción de la actividad o instalación de que se trate (por ejemplo, una actividad que consiste en un proceso de dragado marino en el que se pretende obtener 5 millones de m³ de arena al año, o una instalación consistente en un horno rotatorio para obtener 750 toneladas al día de cemento). Debe indicarse con precisión su ubicación (coordenadas UTM), los datos geográficos, la existencia y localización, si es el caso, de cursos fluviales e infraestructuras existentes, si se encuentra próximo a zonas catalogadas como de protección especial, un plano del proyecto (a escala 1:25.000 como mínimo) en dónde se recoja todo lo que se propone.
  • Exigencia previsible en el tiempo: En este caso, hay que describir el tiempo de vida útil del proyecto que se prevé.
  • Relación con la utilización del suelo y otros recursos naturales: Hay que describir pormenorizadamente las acciones que son susceptibles de producir un impacto medioambiental, así como sus instalaciones, su altura, su volumen, acopios, residuos, almacén, y área de trabajo. Se debe reflejar también los materiales a utilizar, el suelo a ocupar, otros recursos naturales afectados o eliminados por el proyecto (forestales, hidráulicos, atmosféricos, etc.).
  • Estimación de los tipos y cantidades de residuos, vertidos, y emisiones de materia y energía resultante: Es necesario realizar un balance de materia y energía que va a permitir poder incorporar los productos o procesos intermedios a tener en cuenta. Se deben indicar los distintos residuos, vertidos, y emisiones resultantes de forma detallada, indicando cantidades, tipo y composición de forma tanto cuantitativa como cualitativa, y en especial ruidos, vibraciones, olores, emisiones lumínicas, y emisiones de partículas.

2. Examen de alternativas técnicamente viables y justificación de la solución adoptada

En este apartado se debe incluir todas aquellas posibilidades que constituyan una alternativa factible para realizar o no el proyecto, posibles ubicaciones del mismo, procedimientos o tecnologías existentes alternativas adecuadas al proyecto, y la posible utilización de diferentes productos y/o procesos. Para cada alternativa se debe evaluar y analizar la gestión de los distintos residuos que se pueden generar. Existen dos formas de actuación, o bien se analizan y evalúan las alternativas de forma preliminar y se selecciona una de ellas para realizar el estudio de impacto ambiental sobre ésta o, por el contrario, se analiza y evalúa el impacto ambiental de cada una de las alternativas posibles (caso, por ejemplo, de un proyecto de trazado de una carretera o una vía de ferrocarril).

3. Evaluación de efectos previsibles: Identificación y valoración de impactos

En este caso, se evalúan los efectos posibles, tanto directos como indirectos, sobre los distintos aspectos ambientales mencionados en la legislación, que son la población, la flora y la fauna, el suelo, el aire, el agua, el clima, el paisaje, los bienes materiales, y el patrimonio artístico y arqueológico. Se debe disponer, por un lado, de un inventario ambiental y una evaluación de las interacciones ecológicas y ambientales clave (lugar y condiciones ambientales, identificación del censo, cuantificación, interacciones y su justificación, delimitación cartografiada de la zona afectada, y situación ambiental actual y futura de cada alternativa), y por otro, de una identificación y valoración de impactos distinguiendo los positivos y negativos, los temporales y permanentes, los simples y acumulativos o sinérgicos, los directos e indirectos, los reversibles e irreversibles, los recuperables e irrecuperables, los periódicos y los irregulares, los continuos y discontinuos, los compatibles, los severos y críticos, y los moderados. Es necesario que se detallen los procedimientos y métodos empleados en el desarrollo de esta etapa, así como los cálculos utilizados para la valoración y su fundamento científico. Es necesario que se jerarquicen los impactos ambientales con el objeto de conocer su importancia relativa, haciendo una evaluación global de las incidencias ambientales del proyecto.

4. Propuesta de medidas protectoras y correctoras

Es necesario valorar las medidas a establecer para minimizar la pérdida de calidad del medio tras la puesta en marcha de la actividad. Las medidas correctoras deben reducir, eliminar, o compensar los efectos negativos de la actividad. Las medidas protectoras ayudan a preservar el medio y sus valores. Aunque siempre se deben tener en cuenta y aplicarse, son imprescindibles como mínimo para los proyectos relacionados con aguas superficiales y subterráneas, suelos, con la atmósfera (medidas para combatir el polvo, el ruido, los olores), con la vegetación, la fauna, con la morfología del paisaje, y con el patrimonio cultural. Además, hay que dedicar especial atención a los proyectos mineros, en los cuales es obligatorio proceder a la restauración de la zona afectada, detallándose en el documento de impacto ambiental. La administración competente puede exigir medidas protectoras y/o correctoras adicionales que sean complementarias o sustitutivas de las propuestas en el proyecto.

5. Programa de vigilancia ambiental

Este programa a preparar constituye una garantía de que las medidas protectoras y/o correctoras propuestas en el estudio de impacto ambiental, así como las que se deriven en la declaración de impacto ambiental procedente de la administración competente. Es necesario que se prepare un informe ambiental inicial que defina cuál es la situación de partida, así como informes periódicos (normalmente cada seis meses) con el desarrollo de las acciones y medidas contempladas en el proyecto, de los resultados que se vayan obteniendo, de los problemas que se van encontrando, de la efectividad de las medidas ejecutadas, etc. Cuando acontecen incidencias especiales, es necesario preparar informes específicos referidos a ellas. Asimismo, debe prepararse un informe final al concluir cada fase en el que se recoge todo lo realizado y acontecido hasta ese momento. En los informes, generalmente, se deben indicar los siguientes puntos:

  • Las acciones a desarrollar en cada fase con una periodicidad y calendario.
  • Los controles analíticos realizados (parámetros a medir, periodicidad, situación en un plano de éstos, puntos de muestreo, etc.).
  • El programa de evaluación de vibraciones, niveles de emisión de contaminantes atmosféricos, y vertidos.
  • Un reportaje fotográfico del estado del proyecto y de las acciones propuestas.
  • Las nuevas medidas correctoras a acometer en el proyecto según su evolución, indicando las nuevas acciones definidas, un cronograma de ellas, las fases que se van a ejecutar, etc.
  • El presupuesto de vigilancia y seguimiento ambiental detallado de cada fase, de cada material, de cada contrato, etc.

6. Documento de síntesis

Es un documento obligatorio para la tramitación de los estudios de impacto ambiental. En no más de 25 páginas y de una forma comprensible se deben reflejar resumidamente los trabajos realizados, las conclusiones a las alternativas propuestas, las medidas correctoras, y el programa de vigilancia. Es necesario que se mencione las dificultades informativas o técnicas que se hayan encontrado en el desarrollo del proyecto, especificando su origen y su causa.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.