Las cinco reglas de oro:
1. Desconectar: Será aislada la parte en que se vaya a trabajar de cualquier posible alimentación, mediante la apertura de los aparatos de seccionamientos (interruptores) más próximos a la zona de trabajo.
2. Prevenir cualquier posible realimentación: Los dispositivos de maniobra utilizados y deberán para desconectar la instalación deben asegurarse contra cualquier posible reconexión, colocarse (cuando sea necesario) una señalización para prohibir la maniobra.
3. Verificar la ausencia de tensión: Se comprobará mediante un verificador la ausencia de tensión en cada una de las partes eléctricamente separadas de la instalación.
4. Poner a tierra y en cortocircuito: Las partes de la instalación donde se vaya a trabajar deben ponerse a tierra y en cortocircuito.
5. Proteger frente a los elementos próximos en tensión y establecer una señalización para delimitar la zona de trabajo: No se restablecerá el servicio al finalizar los trabajos, sin comprobar que no existe peligro alguno. La señalización solamente será retirada por el operario que la colocó y cuyo nombre figura en esta.
Protección contra sobrecargas:
El límite de intensidad de corriente admisible en un conductor ha de quedar en todo caso garantizada por el dispositivo de protección utilizado. Este podrá estar constituido por:
– Un interruptor automático de surte omnipolar con curva térmica de corte.
– O por cortacircuitos fusibles calibrados de características de funcionamiento adecuadas.
Relación entre intensidad de corriente y el ser humano:
– De 1 a 3mA: un organismo normal percibe un picor sin peligro.
– A partir de 5mA: Un contacto prolongado puede provocar movimientos bruscos.
– A partir de 8mA: Comienzan las contracciones musculares y tetanización de los músculos de la mano y el brazo, pudiendo ocasionar que la piel se pegue a los puntos de contacto.
– Por encima de 25mA: En un contacto de más de 2 minutos, si el pulso de la corriente es por la región del corazón, se puede producir una tetanización del músculo del pecho, pudiendo llegar a sufrir asfixia.
– Entre 30 y 50mA: Se puede producir la fibrilación ventricular si la corriente atraviesa la región cardíaca, produciendo la muerte, si el accidentado no es atendido en pocos minutos.
– Entre 2 y 31A: Sobreviene la parada respiratoria, inconsciencia, aparecen marcas visibles, etc.
– Intensidades superiores a los 3A: las consecuencias son quemaduras graves y puede ser la muerte.
¿A qué son debidas las sobreintensidades?
Las sobreintensidades pueden ser debidas a:
– Sobrecargas debidas a los aparatos de utilización o defectos de aislamiento de gran impedancia.
– Cortocircuitos.
– Descargas eléctricas atmosféricas.
¿Qué es el riesgo eléctrico? Tipos:
El Real Decreto define Riesgo eléctrico como el riesgo originado por la energía eléctrica. Y quedan específicamente incluidos los riesgos de:
1. Choque eléctrico por contacto con elementos en tensión (contacto eléctrico directo) o con masas puestas accidentalmente en tensión (contacto eléctrico indirecto).
2. Quemaduras por choque eléctrico, o por arco eléctrico.
3. Caídas o golpes como consecuencia de choque o arco eléctrico.
4. Incendios o explosiones originados por la electricidad.
Tipos de contactos:
El REBT, define dos tipos de contactos:
1. Contactos directos: Son los que se producen entre las personas (o animales) con partes activas de las instalaciones y equipos.
2. Contactos indirectos: Aquellos contactos de personas (o animales) con partes que se han puesto bajo tensión como resultado de un fallo de aislamiento.
Criterios que hay que tener en cuenta para elegir un dispositivo de protección diferencial
Los criterios de elección que hay que tener en cuenta son:
– La intensidad nominal del diferencial tiene que ser mayor que la intensidad mínima de la línea o circuito a proteger y mayor o igual que la intensidad nominal del dispositivo de protección instalado aguas arriba.
– La tensión debe ser igual o mayor que la tensión de línea del circuito donde se va a instalar.
– La elección de la sensibilidad del interruptor que debe utilizarse en cada caso, viene determinada por la condición de que el valor de la resistencia a tierra de las masas, medida en cada punto de conexión de las mismas, debe cumplir la relación. En locales secos y en locales húmedos o mojados. Siendo el valor de la sensibilidad en amperios del interruptor a utilizar.
Teniendo en cuenta las condiciones más desfavorables para el cuerpo humano en que puede producirse la fibrilación según los valores intensidad/tiempo, se estima que la sensibilidad debe de ser 25 a 30 mA y el tiempo de disparo menor de 250 m.s.
– El tiempo de actuación vendrá coordinado entre protecciones diferenciales de manera que exista selectividad en la actuación de las protecciones. Es decir que abra el interruptor situado por encima del punto donde se ha producido el defecto. Para que exista selectividad entre dos interruptores diferenciales se necesitan dos requisitos:
1- que se cumpla la relación entre la intensidad de sensibilidad del diferencial instalado aguas arriba (Is1) y la sensibilidad del diferencial aguas abajo (Is2) se cumpla: Is1 > 3x Is2
2- que tenga una actuación retardada el instalado aguas arriba. En las normas de producto para interruptores diferenciales se establecen los tiempos de corte mínimos para diferenciales de tipo general, por ejemplo de 0,3s para los IΔs.
Para qué sirve el método de la densidad de corriente y qué se cumpliría
Cálculo de la sección por calentamiento. Intensidad máxima admisible.
El paso de la corriente eléctrica por los cables, hace aumentar la temperatura en los mismos por efecto Joule, hasta valores que pueden perjudicar la buena conservación de los aislamientos. Se define densidad de corriente J (A/mm2) la relación entre la corriente I (A) que pasa por un conductor de sección S (mm2).
J=I/S
En una línea eléctrica se puede conocer la intensidad de corriente (I) que va a transportar en servicio normal si se conoce los receptores que alimenta. En función de esta ‘I’ debe calcularse la sección de conductor necesaria para evitar un calentamiento excesivo por efecto Joule. La temperatura mínima que llegue a alcanzar el conductor deberá ser inferior a la que pudiera dar lugar a la degradación del aislamiento de protección. Se demuestra que el aumento de temperatura de un conductor recorrido por una corriente eléctrica es directamente proporcional al cuadrado de la intensidad e inversamente proporcional al cubo del diámetro y depende además del material y de la forma de instalarlo a través de una constante k. El sistema más sencillo de elegir una sección del conductor que impida el calentamiento al pasar una determinada corriente es mediante la utilización del R.B.I, donde se dan las intensidades mínimas admisibles por calentamiento (I adm) para las diferentes secciones de los conductores de cobre y aluminio en función del tipo de instalación, aislamiento y agrupación de cables, así como los coeficientes de corrección que deben de aplicarse en determinadas condiciones.