Limpieza y preparación de las bodegas
Los espacios de carga deben responder a las siguientes exigencias:
- Las superficies internas deben estar limpias de herrumbre (óxido rojizo que se forma en las superficies de hierro) y óxido, así como pintadas y acondicionadas en concordancia con el producto a transportar.
- Se debe disponer de ventilación, temperatura y humedad adecuadas.
- Colocación de serretas (galápagos) y soleras si la carga lo requiere.
- Los tubos de sonda, instalaciones eléctricas, escalas y tuberías deben ser protegidas en caso necesario.
- Colocación de dispositivos de amarre, tales como tensores, argollas, cáncamos, etc., si se precisa.
Siempre que se descarguen, debe procederse a una limpieza del espacio de carga y/o desinfectarla, con el fin de recibir satisfactoriamente una nueva carga. La limpieza debe ser meticulosa, no sólo en los mamparos y costados, sino también en los baos, longitudinales, cuadernas, etc.
Se debe eliminar todo vestigio de la carga anterior, e incluso los elementos de sujeción y estiba: maderas, trozos de paneles, tablillas, etc.
Generalmente, lo primero que se realiza es un barrido y después un lavado con agua salada. Ahora bien, según el tipo de mercancías que se han transportado, puede ser necesario mojar previamente los residuos para no levantar polvo, o bien emplear previamente o exclusivamente agua dulce.
Como existen infinidad de productos a embarcar, algunos precisan limpiezas especiales y, si además no se tiene conocimiento exhaustivo de dicha mercancía, nos encontramos con la dificultad de cuál es la preparación adecuada de dicho espacio de carga; en tal caso se precisará una información detallada que se pedirá al expedidor.
Secado de las bodegas
El secado de las bodegas después de lavarlas es imprescindible con el fin de eliminar toda humedad, la cual perjudicaría a la gran mayoría de las mercancías. En algunos productos químicos hay que secar los tanques con trapos, ya que podrían originarse reacciones químicas al entrar en contacto con la humedad. Las bodegas pueden secarse con aire natural (tubo de ventilación) o forzado (ventilador/extractor), así como también abriendo las tapas de escotilla (ventilación natural) si el tiempo lo permite.
El inspector del seguro, cargador o receptor pueden solicitar que se coloque plástico en toda la bodega que presente humedad, en el caso de que la carga pueda verse afectada.
Regímenes de temperatura, humedad y ventilación
Al estibar y transportar las mercancías por mar, deben observarse los adecuados regímenes de temperatura, humedad y ventilación, teniendo muy en cuenta la clase de mercancía que se transporta. En particular, las citadas medidas se tendrán muy en cuenta cuando se trate de mercancías de fácil deterioro, higroscópicas o peligrosas. De esta forma se conservará la calidad y seguridad del producto. En muchas mercancías, la temperatura, bien sea ésta alta o baja, les perjudica. Lo mismo ocurre con la humedad y la falta o excesiva ventilación.
La ventilación es muy necesaria porque elimina el dióxido de carbono, la humedad, el calor y otros elementos volátiles; y además, mantiene la atmósfera sin olores y con la humedad y temperatura adecuadas; así como también hace cesar los procesos bioquímicos y la vitalidad de los microorganismos y los insectos de ciertas mercancías al conservar una atmósfera pura.
Mercancías higroscópicas
Se llaman higroscópicas aquellas mercancías que contienen humedad y pueden absorberla o desprenderla. La cantidad de humedad que pueden absorber y desprender depende de las propiedades de cada una de ellas y de las condiciones que la circundan (temperatura y humedad ambiental). Son muchas las mercancías higroscópicas y entre ellas tenemos: carbones, minerales, concentrados, madera, pieles, tejidos, arcilla, cereales, legumbres, etc.
La cantidad máxima de humedad que una mercancía puede absorber se llama «contenido higroscópico máximo de humedad».
Cuando una sustancia no absorbe más humedad, ésta se encuentra en su estado de equilibrio, el cual depende de la humedad relativa y temperatura ambiental, así como de su naturaleza. Ciertas mercancías compuestas de sustancias solubles en el agua, tales como sales naturales, abonos, azúcar, grasas, etcétera, se convierten en disoluciones, siendo la humedad relativa del aire mucho menos del 100% (46%-84%). La humedad relativa del aire a partir de la cual se satura y diluye una sustancia se llama punto higroscópico de dicha sustancia. Estas mercancías deben ser protegidas de la humedad con encerados, papel kraft, plásticos, etcétera, o bien envasadas en plásticos, papel kraft, etc.