Desafortunadamente cada día nos enteramos de nuevos casos de espionaje a través de Internet así como de operaciones orquestadas por gobiernos o grandes empresas que acceden a más datos de los que deberían. Ello hace que consideremos que navegar por Internet sea cada vez menos seguro.
Con acciones llevadas a cabo por espías así como por software adecuado, ello les permite conocer muy bien las vulnerabilidades de las personas corrientes, utilizando cada vez métodos más sofisticados y averiguando con mayor efectividad nuestros movimientos a través de la red.
Hay quien acertadamente ha comparado nuestra sociedad con la de 1984, el conocido libro escrito en los años cuarenta por el británico George Orwell.
A su vez se incrementa el volumen de datos de pululan por Internet gracias al trabajo de buscadores como Google, empresas como Amazon y Ebay así como redes sociales como por ejemplo Facebook o Twitter, todas ellas especializadas en recolectar y analizar datos y patrones de conducta de sus usuarios. Estas compañías nos aseguran unos buenos servicios gratuitos, aunque rebuscando un poco descubrimos la «trampa» de este comportamiento altruista.
Y lo peor del caso es que todas estas entidades se aprovechan de la inocencia de millones de personas que diariamente insertan datos íntimos para crear una completa base de datos, permitiéndoles ello confeccionar un acertado perfil sobre nuestros gustos, aficiones, relaciones de amistad y de familia que tenemos con otros usuarios… Todo ello en aras de mejorar los sistemas publicitarios para hacerlos más personalizados a cada usuario y asegurar la efectividad de los mismos.
¡Pero cuidado! Además de estos espías profesionales que trabajan para grandes corporaciones también debemos tener cuidado con los espías «amateur»; delincuentes de poca monta que buscan datos bancarios, compañeros/as de trabajo cotillas e incluso su pareja afectada por un ataque de celos pueden convertirse en el ojo que vigila sus movimientos, provocando que cualquier dato indiscreto que hayamos dejado en la red se transforme en un serio quebradero de cabeza.
El objetivo del presente artículo es explicar sencillas acciones (o tips) que usted puede realizar fácilmente para preservar su intimidad a través de la red y que actúan como primer cortafuegos de su seguridad. No tenga miedo a navegar por Internet, pero hágalo seguro.
Como observará, las siguientes son acciones en las que predomina el sentido común, no necesitándose para ellas conocimientos avanzados de informática para llevarlas a cabo. A su vez ninguna de estas medidas exige instalar programas en su ordenador. Estamos completamente seguros que estas breves recomendaciones serán de su interés y utilidad.
Regla de oro: Evite insertar datos confidenciales
Sin duda alguna este es el mejor consejo a la hora de evitar que alguien acceda a datos que usted no desea dar a conocer. ¡Piense, lo que usted no inserte en Internet no podrá ser usado en su contra!
Aunque usted solo comparta información con un reducido número de personas (ya sea a través de redes sociales u otros sistemas), seguro que todos sabemos que cierta gente peca de indiscreción y en cierto momento determinado puede reenviar ese contenido (o parte) hacia otros lugares. A partir de ahí esos datos ya han escapado de su control, pudiéndose expandir esa información confidencial a través de toda la red… ¡En escasos minutos!
Evite también por todos los medios insertar cualquier información comprometedora aunque sea de forma privada a través de e-
mail
No se sabe nunca si su ofertador de servicios e-mail tiene algún agujero de seguridad a través del cual pueden penetrar elementos indeseables ávidos de información confidencial.
Atención a los formularios
A la hora de registrarse en ciertas webs (o bien darse de alta como usuario para beneficiarse de un servicio o comprar un producto), en diversas ocasiones el site le solicitará más datos de los que realmente necesita para realizar correctamente su tarea.
Datos como estado civil, puesto de trabajo o gustos personales no son necesarios para adquirir la gran mayoría de productos o servicios. Normalmente estos datos «extra» se destacan en los formularios como campos opcionales, siendo usted libre de rellenarlos o no.
Si usted desea preservar sus datos al máximo evite insertar información en estos campos opcionales y rellene solamente la información obligatoria. El sistema ya le indicará en cada momento cuales campos son imprescindibles y cuales son opcionales.
De nuevo recordarle que no tenga miedo a la hora de rellenar formularios con los datos necesarios. Lógicamente si usted desea que le envíen un producto a su casa considere que necesitarán conocer su nombre así como su dirección postal e incluso una hora aproximada en que usted se encuentre en casa para recoger el paquete.
Borre regularmente las cookies y archivos temporales de su ordenador
Básicamente las «cookies» son archivos de texto que se guardan en la caché de su ordenador, concretamente en una carpeta especial donde se encuentran otros archivos temporales descargados durante su navegación por Internet.
Desde siempre estos archivos han generado psicosis entre los usuarios poco experimentados en términos informáticos, señalándolos de culpables de casi todos los males de Internet.
La función básica de estos archivos «cookie» es comunicar al navegador si usted ya ha visitado esa página en concreto o no. Ello hace que la web le «reconozca» (por ejemplo que le inserte un mensaje diciendo «¡Hola de nuevo!»), aunque de nuevo recordarle que estos datos solamente se encuentran en la caché de su ordenador. Asimismo cada cookie solo puede ser utilizada por la web que la ha generado.
En cuanto a los archivos temporales estos se descargan en su ordenador en el momento de acceder a una web a fin que, si usted vuelve a visitarla más tarde, no tenga que descargarse de nuevo esos archivos y en consecuencia el acceso se realice de forma más rápida.
Esta era una medida especialmente útil antes de la aparición de las conexiones ADSL, pues como recordara el acceso a Internet con esos módems lentos (sí, aquellos que hacían ese característico ruidillo al conectarse) en ocasiones se convertía en una auténtica odisea.
Dentro de las opciones de su navegador existe la posibilidad de borrar las cookies así como los archivos temporales, limitando incluso la aparición de estos archivos en su carpeta temporal.
Mantenga limpio y seguro su e-mail
¿Es usted de aquellas personas que guarda online todos los e-mails que recibe o envía, incluso aquel primero que inició su andadura en Internet? ¡Mal hecho!
Los datos que contienen no solamente son de usted sino también de otras personas que confidencialmente le ha confiado información. ¿Dejaría toda su correspondencia en la puerta de su casa con el peligro que cualquier vecino o transeúnte la pudiera leer?
Tal y como le hemos comentado anteriormente, su prestador de servicios e-mail puede verse afectado por un agujero de seguridad y convertirse en una puerta abierta para que entre algún indeseable y acceda a gran cantidad de datos privados; direcciones postales, números de cuentas bancarias, passwords de seguridad, números de pólizas de seguros…
Borre los e-mails y conversaciones que ya no tenga necesidad de guardar. Si lo considera necesario descárguelos y cópielos en un pendrive o un disco duro externo para tenerlos archivados pero sobretodo elimínelos de la red. Esto mismo es válido para conversaciones privadas en foros así como en redes sociales.
Servicios como Gmail le incita a no borrar e-mails aludiendo una gran cantidad de memoria disponible. No obstante, lo que de verdad sucede es que este servicio escanea automáticamente la información privada que envía y recibe para sugerirle publicidad.
Si usted habla a un amigo sobre comprar un coche o contratar un seguro de motocicleta, es probable que al cabo de poco tiempo observe un incremento de anuncios de aseguradoras en su ordenador. ¿Se trata de magia? No, simplemente que han detectado palabras clave relacionadas con este tema y le han insertado publicidad que posiblemente le interesará.
Cuidado con los passwords
Una medida muy eficaz y sencilla para evitar la entrada de personajes indeseables en nuestras cuentas es cambiar habitualmente el password que utilizamos para entrar. A su vez evite en todo lo posible utilizar un mismo código para entrar en varias webs a la vez.
Cierre siempre las sesiones
Después de utilizar los servicios en el área privada de una web (por ejemplo acceder a su e-mail), no se olvide pulsar el botón «Salir» o «Cerrar sesión». Si lo deja abierto, es posible que cualquier persona que posteriormente acceda a su ordenador pueda entrar en su área privada y averiguar cosas que no debiera.
Al pulsar «Salir» forzamos al navegador a que para entrar de nuevo se tenga que insertar el nombre de usuario y contraseña.
No se obsesione
Más que un consejo, este último tip es una pequeña recomendación para vivir feliz en Internet.
Háganos caso y no se obsesione concibiendo paranoias que probablemente no existen. Hay quien incluso afirma que Internet es una conjura extraterrestre para dominar las mentes humanas. ¿Cree todavía que debajo de su cama hay monstruos? Pues lo mismo…
A su vez no considere a las webs o servicios online como simples recolectores de datos, pues en la inmensa mayoría de casos están gestionadas por personas altamente responsables con los datos privados que les facilitan.
Es más, en todas las webs y buscadores existe la posibilidad que solicitarles que borren definitivamente sus datos. Solo es cuestión de contactar con ellos acerca del borrado de sus datos. En algunos casos necesitará grandes dosis de paciencia (sobretodo las webs de grandes corporaciones), pero tenga por seguro que es posible «desaparecer» de Internet.
Con acciones llevadas a cabo por espías así como por software adecuado, ello les permite conocer muy bien las vulnerabilidades de las personas corrientes, utilizando cada vez métodos más sofisticados y averiguando con mayor efectividad nuestros movimientos a través de la red.
Hay quien acertadamente ha comparado nuestra sociedad con la de 1984, el conocido libro escrito en los años cuarenta por el británico George Orwell.
A su vez se incrementa el volumen de datos de pululan por Internet gracias al trabajo de buscadores como Google, empresas como Amazon y Ebay así como redes sociales como por ejemplo Facebook o Twitter, todas ellas especializadas en recolectar y analizar datos y patrones de conducta de sus usuarios. Estas compañías nos aseguran unos buenos servicios gratuitos, aunque rebuscando un poco descubrimos la «trampa» de este comportamiento altruista.
Y lo peor del caso es que todas estas entidades se aprovechan de la inocencia de millones de personas que diariamente insertan datos íntimos para crear una completa base de datos, permitiéndoles ello confeccionar un acertado perfil sobre nuestros gustos, aficiones, relaciones de amistad y de familia que tenemos con otros usuarios… Todo ello en aras de mejorar los sistemas publicitarios para hacerlos más personalizados a cada usuario y asegurar la efectividad de los mismos.
¡Pero cuidado! Además de estos espías profesionales que trabajan para grandes corporaciones también debemos tener cuidado con los espías «amateur»; delincuentes de poca monta que buscan datos bancarios, compañeros/as de trabajo cotillas e incluso su pareja afectada por un ataque de celos pueden convertirse en el ojo que vigila sus movimientos, provocando que cualquier dato indiscreto que hayamos dejado en la red se transforme en un serio quebradero de cabeza.
El objetivo del presente artículo es explicar sencillas acciones (o tips) que usted puede realizar fácilmente para preservar su intimidad a través de la red y que actúan como primer cortafuegos de su seguridad. No tenga miedo a navegar por Internet, pero hágalo seguro.
Como observará, las siguientes son acciones en las que predomina el sentido común, no necesitándose para ellas conocimientos avanzados de informática para llevarlas a cabo. A su vez ninguna de estas medidas exige instalar programas en su ordenador. Estamos completamente seguros que estas breves recomendaciones serán de su interés y utilidad.
Regla de oro: Evite insertar datos confidenciales
Sin duda alguna este es el mejor consejo a la hora de evitar que alguien acceda a datos que usted no desea dar a conocer. ¡Piense, lo que usted no inserte en Internet no podrá ser usado en su contra!
Aunque usted solo comparta información con un reducido número de personas (ya sea a través de redes sociales u otros sistemas), seguro que todos sabemos que cierta gente peca de indiscreción y en cierto momento determinado puede reenviar ese contenido (o parte) hacia otros lugares. A partir de ahí esos datos ya han escapado de su control, pudiéndose expandir esa información confidencial a través de toda la red… ¡En escasos minutos!
Evite también por todos los medios insertar cualquier información comprometedora aunque sea de forma privada a través de e-
Atención a los formularios
A la hora de registrarse en ciertas webs (o bien darse de alta como usuario para beneficiarse de un servicio o comprar un producto), en diversas ocasiones el site le solicitará más datos de los que realmente necesita para realizar correctamente su tarea.
Datos como estado civil, puesto de trabajo o gustos personales no son necesarios para adquirir la gran mayoría de productos o servicios. Normalmente estos datos «extra» se destacan en los formularios como campos opcionales, siendo usted libre de rellenarlos o no.
Si usted desea preservar sus datos al máximo evite insertar información en estos campos opcionales y rellene solamente la información obligatoria. El sistema ya le indicará en cada momento cuales campos son imprescindibles y cuales son opcionales.
De nuevo recordarle que no tenga miedo a la hora de rellenar formularios con los datos necesarios. Lógicamente si usted desea que le envíen un producto a su casa considere que necesitarán conocer su nombre así como su dirección postal e incluso una hora aproximada en que usted se encuentre en casa para recoger el paquete.
Borre regularmente las cookies y archivos temporales de su ordenador
Básicamente las «cookies» son archivos de texto que se guardan en la caché de su ordenador, concretamente en una carpeta especial donde se encuentran otros archivos temporales descargados durante su navegación por Internet.
Desde siempre estos archivos han generado psicosis entre los usuarios poco experimentados en términos informáticos, señalándolos de culpables de casi todos los males de Internet.
La función básica de estos archivos «cookie» es comunicar al navegador si usted ya ha visitado esa página en concreto o no. Ello hace que la web le «reconozca» (por ejemplo que le inserte un mensaje diciendo «¡Hola de nuevo!»), aunque de nuevo recordarle que estos datos solamente se encuentran en la caché de su ordenador. Asimismo cada cookie solo puede ser utilizada por la web que la ha generado.
En cuanto a los archivos temporales estos se descargan en su ordenador en el momento de acceder a una web a fin que, si usted vuelve a visitarla más tarde, no tenga que descargarse de nuevo esos archivos y en consecuencia el acceso se realice de forma más rápida.
Esta era una medida especialmente útil antes de la aparición de las conexiones ADSL, pues como recordara el acceso a Internet con esos módems lentos (sí, aquellos que hacían ese característico ruidillo al conectarse) en ocasiones se convertía en una auténtica odisea.
Dentro de las opciones de su navegador existe la posibilidad de borrar las cookies así como los archivos temporales, limitando incluso la aparición de estos archivos en su carpeta temporal.
Mantenga limpio y seguro su e-mail
¿Es usted de aquellas personas que guarda online todos los e-mails que recibe o envía, incluso aquel primero que inició su andadura en Internet? ¡Mal hecho!
Los datos que contienen no solamente son de usted sino también de otras personas que confidencialmente le ha confiado información. ¿Dejaría toda su correspondencia en la puerta de su casa con el peligro que cualquier vecino o transeúnte la pudiera leer?
Tal y como le hemos comentado anteriormente, su prestador de servicios e-mail puede verse afectado por un agujero de seguridad y convertirse en una puerta abierta para que entre algún indeseable y acceda a gran cantidad de datos privados; direcciones postales, números de cuentas bancarias, passwords de seguridad, números de pólizas de seguros…
Borre los e-mails y conversaciones que ya no tenga necesidad de guardar. Si lo considera necesario descárguelos y cópielos en un pendrive o un disco duro externo para tenerlos archivados pero sobretodo elimínelos de la red. Esto mismo es válido para conversaciones privadas en foros así como en redes sociales.
Servicios como Gmail le incita a no borrar e-mails aludiendo una gran cantidad de memoria disponible. No obstante, lo que de verdad sucede es que este servicio escanea automáticamente la información privada que envía y recibe para sugerirle publicidad.
Si usted habla a un amigo sobre comprar un coche o contratar un seguro de motocicleta, es probable que al cabo de poco tiempo observe un incremento de anuncios de aseguradoras en su ordenador. ¿Se trata de magia? No, simplemente que han detectado palabras clave relacionadas con este tema y le han insertado publicidad que posiblemente le interesará.
Cuidado con los passwords
Una medida muy eficaz y sencilla para evitar la entrada de personajes indeseables en nuestras cuentas es cambiar habitualmente el password que utilizamos para entrar. A su vez evite en todo lo posible utilizar un mismo código para entrar en varias webs a la vez.
Cierre siempre las sesiones
Después de utilizar los servicios en el área privada de una web (por ejemplo acceder a su e-mail), no se olvide pulsar el botón «Salir» o «Cerrar sesión». Si lo deja abierto, es posible que cualquier persona que posteriormente acceda a su ordenador pueda entrar en su área privada y averiguar cosas que no debiera.
Al pulsar «Salir» forzamos al navegador a que para entrar de nuevo se tenga que insertar el nombre de usuario y contraseña.
No se obsesione
Más que un consejo, este último tip es una pequeña recomendación para vivir feliz en Internet.
Háganos caso y no se obsesione concibiendo paranoias que probablemente no existen. Hay quien incluso afirma que Internet es una conjura extraterrestre para dominar las mentes humanas. ¿Cree todavía que debajo de su cama hay monstruos? Pues lo mismo…
A su vez no considere a las webs o servicios online como simples recolectores de datos, pues en la inmensa mayoría de casos están gestionadas por personas altamente responsables con los datos privados que les facilitan.
Es más, en todas las webs y buscadores existe la posibilidad que solicitarles que borren definitivamente sus datos. Solo es cuestión de contactar con ellos acerca del borrado de sus datos. En algunos casos necesitará grandes dosis de paciencia (sobretodo las webs de grandes corporaciones), pero tenga por seguro que es posible «desaparecer» de Internet.